La Oficina Internacional del Agua (OiEau) supervisa y apoya a la industria del agua para hacer frente a los retos que plantean los PFAS. Se realiza un seguimiento en profundidad de las tecnologías de tratamiento, la evolución de la normativa y las patentes, con el fin de anticipar los avances técnicos y legislativos e identificar las soluciones adecuadas. Este trabajo proporciona a los agentes públicos y privados información estratégica para gestionar mejor estos contaminantes persistentes.


Las sustancias perfluoroalquilo y polifluoroalquilo (PFAS, por sus siglas en inglés), comúnmente conocidas como «contaminantes eternos», son compuestos químicos orgánicos fluorados sintéticos que agrupan a varios miles de sustancias y representan un desafío medioambiental y sanitario importante. Utilizados desde la década de 1940 por sus propiedades ignífugas, impermeabilizantes y antiadherentes, están presentes en muchos productos de uso cotidiano: envases de alimentos, textiles, cosméticos, utensilios de cocina, espumas contra incendios y procesos industriales.

Sin embargo, su estabilidad química, que los hace tan útiles, es también su principal defecto: estas sustancias se degradan extremadamente lentamente y se acumulan en el medio ambiente, contaminando el agua, los suelos, la fauna e incluso el cuerpo humano. Algunos estudios sugieren que incluso en dosis bajas, la exposición prolongada podría tener efectos crónicos que generen riesgos potenciales para la salud, como alteraciones endocrinas, efectos en el sistema inmunitario y un aumento del riesgo de ciertos tipos de cáncer.

Ante estos desafíos, la lucha contra los PFAS requiere una movilización colectiva.

La gestión de los PFAS implica la movilización de todos los actores:

  • Las autoridades públicas, a través de regulaciones más estrictas y objetivos de reducción de emisiones.
  • Los industriales, que deben buscar alternativas a los PFAS en sus procesos de producción.
  • Los ciudadanos, adoptando comportamientos más responsables y limitando el uso de productos que contengan estas sustancias.

Un marco regulatorio en evolución

Conscientes de los riesgos que plantean los PFAS, las autoridades públicas han emprendido acciones para regular mejor su uso y vigilar su presencia en el medio ambiente. La Unión Europea ha incluido algunas de estas sustancias en la lista de contaminantes prioritarios de la Directiva Marco del Agua (DMA). En 2023, la revisión de la Directiva sobre el agua potable introdujo límites máximos para varios PFAS específicos y para la suma de 20 PFAS diferentes, estableciendo así un marco más estricto para su vigilancia y eliminación.

Francia también ha tomado medidas con el lanzamiento de su Plan de Acción Nacional PFAS 2023-2027, que tiene como objetivo reducir los vertidos industriales, mejorar el conocimiento de las fuentes de contaminación y reforzar la vigilancia del agua potable. A esto se suman los estudios exhaustivos realizados por la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria (ANSES) para identificar mejor los riesgos relacionados con la exposición a los PFAS y evaluar la pertinencia de nuevas restricciones.

En el plano normativo, Europa está considerando una prohibición progresiva de los PFAS en varios sectores a través del reglamento REACH (registro, evaluación, autorización y restricción de sustancias químicas). Si se aprueba, este reglamento podría convertirse en uno de los más restrictivos del mundo, prohibiendo más de 10 000 sustancias PFAS para finales de la década, salvo excepciones justificadas.

Sin embargo, la regulación sigue siendo un reto, ya que los PFAS agrupan una gran diversidad de sustancias, algunas de las cuales aún no se han estudiado en profundidad. Además, su sustitución por alternativas menos nocivas es compleja, ya que deben ofrecer el mismo rendimiento técnico sin presentar otros riesgos ambientales o sanitarios.

La importancia de la recopilación y el análisis de datos

Mejorar el conocimiento sobre los PFAS es esencial para comprender mejor su impacto, orientar las políticas públicas y definir estrategias de acción eficaces. Todos, gobiernos, empresas y ciudadanos, tienen un papel que desempeñar en la reducción de su presencia y en la limitación de sus consecuencias para la salud y el medio ambiente.

Para actuar eficazmente, es esencial disponer de datos precisos, armonizados y accesibles sobre la presencia de PFAS en el medio ambiente. Gracias a esta estandarización, las agencias, laboratorios, comunidades e investigadores pueden explotar datos comparables, facilitando así el seguimiento y la gestión de estos contaminantes. Estas herramientas constituyen una palanca esencial para comprender mejor y limitar la contaminación de los medios acuáticos.

En este contexto, el Sistema de Información sobre el Agua (SIA) desempeña un papel clave en la estructuración y difusión de los datos relativos al agua en Francia, en particular gracias a los referenciales Sandre.

Algunos ejemplos de proyectos

Coordinación del Servicio de Administración Nacional de Datos y Sistemas de Referencia sobre el Agua (SANDRE)
EUROPA - Francia
Enero de 1993
Oficina Francesa de Biodiversidad (OFB)
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Regulación y gestión de los servicios de agua y saneamiento
MUNDO
Recurrente
Múltiples
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Eau dans la ville - Agua en la ciudad
EUROPA - Francia
Enero 2003 - Diciembre 2023
Cargos electos, administraciones locales y servicios de agua y saneamiento
Descubra el proyecto
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