Desalinización en Francia: la contribución de la OiEau al informe IGEDD sobre sus posibilidades y limitaciones
En el marco de la publicación del informe de la Inspección General de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible (IGEDD) dedicado al potencial y las limitaciones de la desalinización en Francia, se solicitó a la OiEau que contribuyera a los trabajos preparatorios. Yaniss Farkhani, responsable de Estudios y Formación, responde a nuestras preguntas para presentar el contexto de esta colaboración, las aportaciones técnicas de la OiEau y las principales conclusiones del informe.
¿En qué contexto se inscribió esta reflexión sobre la desalinización?
Y.F.: La iniciativa partió del Ministerio de Transición Ecológica, que estaba preparando un informe sobre el estado de los conocimientos en materia de desalinización. Un funcionario del ministerio se puso en contacto con nosotros para recabar información técnica y opiniones, sobre todo porque la OiEau ofrece varios cursos dedicados a la ósmosis inversa, los procesos de membrana y la desalinización del agua de mar.
Desde las primeras conversaciones, el marco resultó muy abierto: no había una orientación precisa, sino un deseo de comprender de manera global las tecnologías de membrana y sus posibles usos. El alcance del estudio era amplio, ya que abarcaba tanto la desalinización del agua de mar como el tratamiento de aguas muy mineralizadas o salobres, la reutilización de aguas residuales, el ablandamiento o la reducción de microcontaminantes.
El informe pretendía ser accesible tanto para los representantes electos como para los servicios técnicos de las colectividades, los industriales o los agricultores. El objetivo principal era proporcionar una visión clara e imparcial de la situación para orientar la estrategia nacional en un contexto en el que la presión sobre los recursos hídricos es cada vez mayor, especialmente en algunos territorios como Vendée o los territorios de ultramar.
Los equipos encargados no disponían, en un principio, de una experiencia técnica profunda, pero tenían la misión de elaborar rápidamente un informe estratégico capaz de orientar a los responsables públicos y permitirles anticiparse. Por lo tanto, el ministerio esperaba que el grupo de trabajo le proporcionara elementos fundamentales para comprender: el funcionamiento de los procesos de ósmosis, las diferencias entre la desalinización del agua de mar y el tratamiento de aguas altamente mineralizadas, las experiencias francesas e internacionales, y los retos energéticos, medioambientales y normativos.
También se trataba de obtener información concreta sobre los límites y las condiciones de implantación de la desalinización. Por último, el ministerio deseaba poder identificar las palancas de acción y los puntos de vigilancia necesarios para construir una posición francesa coherente, teniendo en cuenta los objetivos de sobriedad, la REUT y otras soluciones disponibles.
¿Qué diversidad de perfiles se reunió en este grupo de trabajo?
El grupo de trabajo dirigido por el IGEDD reunió deliberadamente a una gran diversidad de actores, con el fin de combinar enfoques técnicos, institucionales, operativos y científicos. Entre noviembre de 2024 y el verano de 2025, se entrevistó a más de 160 personas, en representación de todo el ecosistema del agua.
Entre ellos se encontraban servicios estatales, agencias del agua, colectividades y sindicatos gestores del agua potable, industriales de la producción y el tratamiento del agua, oficinas de estudios, explotadores de unidades de membranas, investigadores y universitarios, pero también expertos procedentes de los territorios de ultramar, donde la desalinización ya se practica ampliamente. Esta diversidad permitió confrontar las visiones estratégicas con las realidades técnicas sobre el terreno, al tiempo que se integraban las experiencias internacionales, en particular gracias a las visitas realizadas, como la de la planta de Barcelona.
La OiEau fue una de las primeras organizaciones consultadas, debido a su papel formador y a su capacidad para ofrecer una síntesis pedagógica de los retos relacionados con las membranas, antes de que el ministerio profundizara en sus investigaciones con otros especialistas.
¿Cuál fue el papel de la OiEau dentro del grupo de trabajo?
Se solicitó la participación de dos representantes de la OiEau: yo mismo, para los aspectos técnicos relacionados con la desalinización y las membranas, y Éric Tardieu, director general, para las dimensiones de gobernanza, estrategia y decisión pública. Nuestra contribución se centró esencialmente en la clarificación de los procesos y en la puesta de relieve de las limitaciones actuales del desarrollo de la desalinización en Francia.
Rápidamente surgió un punto central: la cuestión del destino del concentrado rechazado por las unidades de ósmosis inversa. Se trata de un tema en el que aportamos nuestra experiencia específica, basada en diferentes experiencias. También hemos ayudado a distinguir los diferentes tipos de desalinización, ya que los retos y las limitaciones no son los mismos cuando se trata de agua de mar o de aguas muy mineralizadas del interior.
Más allá del aspecto tecnológico, hemos recordado el estudio del impacto sobre el medio ambiente y las dificultades normativas existentes. Las autorizaciones medioambientales para el vertido de salmueras son hoy en día muy limitadas y no hay nada previsto para los flujos altamente cargados procedentes de la desalinización. Esta ausencia de marco constituye un obstáculo importante que debe abordarse si Francia desea plantearse un desarrollo controlado de estas soluciones.
¿Cuáles son los principales aspectos técnicos destacados por la OiEau?
El primer punto se refiere, por tanto, a la gestión del concentrado. Hoy en día, la tecnología de desalinización es bien conocida, pero la forma de tratar o verter de forma segura el flujo concentrado sigue estando muy mal regulada. Hemos insistido en los posibles impactos, las cantidades implicadas, las restricciones medioambientales y las necesidades de evolución normativa.
El segundo punto se refiere a la restricción energética. La desalinización del agua de mar consume mucha energía, lo que supone un verdadero reto en un contexto en el que la demanda eléctrica ya va a aumentar considerablemente, ya sea para la movilidad o para la construcción de nuevos reactores nucleares. Por esta razón, el informe fomenta, ante todo, la reutilización de las aguas residuales tratadas y el tratamiento de las aguas salobres, que consumen menos energía y son más realistas a corto plazo.
También hemos llamado la atención sobre el rendimiento real de los sistemas de membranas. Los rendimientos actuales (a menudo en torno al 80-85 %) difieren considerablemente de los esperados para las plantas de agua potable convencionales. Si Francia se plantea integrar estas tecnologías, será necesario adaptar los requisitos reglamentarios para tener en cuenta las especificidades de las membranas.
Por último, hemos destacado la importancia de la experiencia de los territorios de ultramar, donde la ósmosis inversa se utiliza desde hace mucho tiempo. Sería conveniente valorar más a nivel nacional estos conocimientos acumulados, ya que los territorios de ultramar constituyen un laboratorio a escala real de las problemáticas relacionadas con la captación de agua de mar, la corrosión, la gestión de los riesgos climáticos y la explotación continua de unidades de membrana.
¿Qué cursos de formación de la OiEau ya incluyen estos temas?
La OiEau ofrece actualmente dos cursos de formación directamente relacionados con la desalinización. El primero, el curso SB021, está dedicado específicamente a la desalinización del agua de mar. Aborda toda la cadena, desde la captación (incluidas las técnicas de perforación marina) hasta el tratamiento de los vertidos, pasando por los pretratamientos, la aplicación de la ósmosis inversa y la calidad final del agua producida.
El segundo, el curso SN037, trata de forma más amplia los procesos de membrana. Abarca la ósmosis a baja presión, la reutilización de aguas residuales, el tratamiento de aguas salobres y los fundamentos de la desalinización del agua de mar. Su público es más diverso, ya que se dirige tanto a actores industriales como a profesionales del agua potable o del saneamiento.
Se está estudiando la posibilidad de impartir una tercera formación, dedicada más específicamente a la reutilización de aguas residuales (REUT), que podría incluir a largo plazo trabajos prácticos. Varios equipos de la OiEau ya están trabajando en ello.