Ahorro de uso y de extracción - Reducción del consumo y de las pérdidas

El cambio climático ha demostrado, en Francia y en todo el mundo, sus efectos masivos y negativos sobre la movilización de los recursos hídricos. Tanto desde el punto de vista cuantitativo como cualitativo, los recursos tienden a no satisfacer las necesidades de los distintos usuarios durante largos periodos. Existe un déficit de agua entre la demanda y el recurso, y los periodos de sequía imponen restricciones drásticas, a veces dramáticas, desde el punto de vista económico o sanitario.

Por lo tanto, es necesario aplicar diferentes técnicas de ahorro de uso, para reducir la presión sobre los recursos, en las diferentes escalas espaciales y temporales. Estos ahorros pueden referirse a los usuarios domésticos mediante el cambio de sus hábitos (piscina, baño, ducha), un uso más racional del agua potable (riego de jardines, lavado de coches con recuperación de agua de lluvia, etc.).

En Francia, la tendencia es bastante marcada y el consumo per cápita de agua potable está disminuyendo.

Otros ahorros son aún más importantes: la reducción de las fugas en las redes de distribución, los procesos industriales que favorecen la reutilización de los residuos o limitan el uso del agua en la fabricación y el lavado de las unidades de producción.

La agricultura sostenible, el riego controlado o la elección de cultivos adaptados a los periodos secos serán también uno de los vectores más importantes de ahorro en la movilización del recurso. En todo el mundo, estos cambios en las técnicas y prácticas se perfilan como las soluciones más eficaces y menos costosas para adaptarse a los recursos que escasean debido al cambio climático.