Ciclo del agua en la industria

La gran mayoría de las industrias necesitan agua y dependen de este recurso. La calidad del agua requerida suele exigir un tratamiento específico. El industrial consume una parte del agua extraída y la parte no consumida se vierte como efluente industrial. Estos efluentes deben ser tratados antes de ser devueltos al medio natural: el tratamiento se efectúa in situ (mediante la instalación de una planta depuradora de aguas residuales industriales) o por la comunidad, tras la conexión a la red de agua doméstica.

En un contexto de calentamiento global, de escasez de agua y de conflicto de uso asociado, el industrial debe adaptarse muy rápidamente para asegurar su actividad y responder a los decretos de sequía, que limitan sus extracciones.

La normativa y el apoyo financiero fomentan la aplicación de buenas prácticas, las mejores técnicas disponibles y el desarrollo de innovaciones para reducir, reciclar y reutilizar el agua de las instalaciones, incluida el agua de lluvia.

Por último, el éxito de los proyectos ambiciosos suele ser un éxito colectivo. En este sentido, se están desarrollando iniciativas de Ecología industrial territorial. Su objetivo es integrar a los distintos agentes de la cuenca hidrográfica de la zona industrial para encontrar las opciones tecnológicas más eficaces desde el punto de vista medioambiental y técnico-económico.