Usos y recursos del agua para la agricultura

La ambición de los Objetivos de desarrollo sostenible (ODS) es proporcionar una hoja de ruta internacional para construir un futuro más justo y sostenible. El ODS 2, que consiste en «erradicar el hambre, lograr la seguridad alimentaria, mejorar la nutrición y promover la agricultura sostenible», se ha fijado para abordar el gran reto de alimentar a toda la población mundial.

La disponibilidad de agua es esencial para el desarrollo de las actividades agrícolas (producción de cultivos, ganadería). Por lo tanto, mejorar la gestión de este valioso recurso es de suma importancia. La agricultura es uno de los mayores consumidores del recurso, ya que devuelve al medio ambiente muy poca del agua que extrae (a diferencia de la producción de energía, por ejemplo).

En todas las latitudes, ante el cambio climático y el aumento de los fenómenos asociados (sequías, inundaciones, etc.), la agricultura está cada vez más expuesta a estos riesgos climáticos. Paralelamente, los impactos de la agricultura sobre los recursos hídricos son significativos (en términos de calidad y cantidad de agua).

Además, con el aumento de la demanda de otros usuarios debido a la expansión de la población urbana, y la creciente demanda de los sectores energético e industrial, este sector tendrá que compartir el recurso de forma más eficaz.

Hay muchos resortes disponibles para reducir el consumo de agua en la agricultura (técnicas de riego mejoradas, cambios en los itinerarios de cultivo, soluciones basadas en la naturaleza, etc.). Además, es esencial preservar los recursos disponibles evitando la contaminación ligada a ciertas prácticas agrícolas (por ejemplo, el problema de la contaminación por productos fitosanitarios).

Afortunadamente, existen soluciones para controlar estos fenómenos: la mejora de los equipos de riego y de las prácticas agrícolas, la reutilización de las aguas residuales tratadas (REUT, un acrónimo muy utilizado en Francia), etc.

En particular, la reutilización es una práctica que tiene como objetivo recuperar las aguas residuales tratadas de las plantas depuradoras, que a menudo se vierten en el medio natural, para diferentes usos. Su uso en la agricultura pretende limitar el impacto sobre los recursos naturales y también permite un mejor control de la mejora de los suelos.

Así, para continuar produciendo recursos alimentarios, los agentes agrícolas tienen un papel importante en la preservación del agua disponible y en la optimización de su uso en sus actividades.