Equipo del CICR en el Centro de Formación de OiEau

Publicado el 19/03/24

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) presta asistencia humanitaria a las personas afectadas por conflictos armados o catástrofes naturales en zonas de conflicto. Emplea a unas 17.300 personas en más de 100 países.

En particular, el CICR trabaja para garantizar el acceso al agua en estas zonas, a fin de crear o mantener condiciones de vida sostenibles y limitar el sufrimiento causado por los daños a las viviendas o al suministro de agua.

Con más de 20 años de colaboración ininterrumpida, OiEau conoce en detalle el funcionamiento y las normas internas del CICR, así como la naturaleza específica de sus misiones.

A principios de febrero, un grupo de unos quince miembros del CICR acudió a Limoges para asistir a un curso de formación sobre el diagnóstico de instalaciones de agua de gran capacidad. Procedentes de Yemen, Irak, Siria, Congo y Ucrania, el grupo era representativo de la variedad de zonas en las que el CICR trabaja actualmente.


Jérôme Guillaumot, ingeniero de Agua y Hábitat del CICR, nos dio una idea de cómo trabajan los operadores sobre el terreno y nos habló de la formación que reciben en OiEau.

¿Puede presentarse?

Soy francesa y actualmente trabajo para el CICR en Ucrania, en el sur del país. Nuestra función allí es ayudar a las compañías locales de agua afectadas por el conflicto.

¿Puede presentar a los demás miembros del grupo?

Hay distintos tipos de personas que hacen el curso:

  • Hay expatriados, como yo, que trabajan uno o dos años en un país y luego realizan otra misión en otras regiones;
  •  También hay personal nacional, ingenieros y profesionales del agua, residentes en cada país, que trabajan para el CICR en su país de origen.
Se trata, pues, de dos públicos distintos, con posiciones y responsabilidades diferentes sobre el terreno. Esto corresponde al modus operandi del CICR: recluta personal local y expatriado, luego crea equipos sobre el terreno. Luego se trata de desarrollar proyectos con los beneficiarios, que a menudo son los servicios de agua de las ciudades. Porque en cuanto hay una guerra, en las zonas urbanas suelen verse afectadas las plantas y redes de agua.

¿Es su primer curso de formación de OiEau?

Es la segunda vez que vengo a OiEau para recibir formación. La primera fue en 2015, sobre saneamiento, redes de alcantarillado y depuradoras. Y hoy, sobre agua potable, el diagnóstico de las instalaciones de agua para el suministro de agua de alta capacidad.

Estos dos cursos se han desarrollado específicamente para las necesidades del CICR.

¿Cuáles considera que son los puntos fuertes de los cursos de formación de OiEau?

Una de las grandes ventajas con respecto a otros cursos de formación que he realizado es que los formadores de OiEau son conscientes de las dificultades a las que nos enfrentamos sobre el terreno, porque a menudo ya han estado en zonas de conflicto con el CICR. Conocen y comprenden las situaciones con las que nos encontramos y son capaces de ofrecernos una formación realmente adaptada a nuestras necesidades, y no sólo teórica. Ese es el valor añadido que encuentro en estos cursos, son muy profesionales: el contenido, la enseñanza, la metodología adoptada para los cursos es muy buena, y los conocimientos se transmiten eficazmente.

También está la sala técnica, donde puedes ver los equipos, las bombas y las herramientas: puedes verlos, tocarlos y probarlos. Y eso es muy valioso.

Tras la formación, ¿volverán los participantes a sus países de origen para ayudar a poner de nuevo en marcha las instalaciones y garantizar la distribución de agua potable a la población?

Exactamente, sí. Porque la guerra o el conflicto pueden haber interrumpido completamente el acceso al agua potable: la fuente puede haber sido contaminada por una planta de tratamiento de agua aguas arriba que dejó de funcionar, o los procesos de tratamiento pueden haber sido destruidos deliberadamente, con el fin de reducir el suministro de agua a determinadas poblaciones.

Todo tendrá que volver a ponerse en funcionamiento. Eso es lo que aprenderemos en este curso de formación, que trata sobre el diagnóstico de plantas de producción de agua. Tendremos algunas soluciones muy prácticas que podremos proponer al operador local. Esto es muy útil cuando las bombas dejan de funcionar a causa de un incidente.Los representantes del CICR como yo también podemos proponer nuevos proyectos, nuevas tecnologías vistas por OiEau, para servir agua en países que no necesariamente tienen acceso a los mismos conocimientos que tenemos en Europa.

Y aquí también, gracias a la relación de confianza establecida con los formadores de OiEau, podemos hacerles preguntas muy específicas sobre nuestro proyecto y ellos nos darán las respuestas para desbloquear un problema sobre el terreno.

¿Existen dificultades organizativas o administrativas?

En general, las cosas van muy bien. El CICR y OiEau tienen una colaboración bien establecida, y llevamos mucho tiempo recibiendo cursos de formación del CFME. Y ese es otro punto fuerte: en términos de logística, OiEau nos ayuda a organizar la formación, con el transporte de los participantes, el alojamiento, incluso cosas menores como el almuerzo, por ejemplo. Esto contribuye a que los cursos sean más eficaces.

Por desgracia, puede haber excepciones: algunos de nuestros colegas de países en crisis no reciben visados para venir al curso. Este ha sido el caso de algunos de nuestros colegas de Afganistán, Siria y Yemen en los últimos años.